lunes, 9 de octubre de 2017

Alguna locución latina sin importancia

Vuelta de las vacaciones... otra vez. Madrid se aleja y el mar da la bienvenida. Es curioso como dos sitios pueden ser tan diferentes y provocar en la misma persona sensaciones tan distintas.

Antes no apreciaba mi ciudad y ahora creo que no podría ser infeliz en ella porque tiene tanto color, tantas cosas para hacer, mil sitios donde ir, cientos de todo para abrirse camino en los sueños de cada uno... es un poco frustrante que no lo viera antes.

A la vuelta todo me da pereza, todo me amarga, todo me parece más aburrido, menos encantador, menos feliz.


Hace tanto ya que salí de donde nací que ya no me siento completa en ningún lugar físico con nombre de ciudad.  

Me parece que solo cinco minutos en suelo andaluz han bastado para que vuelva a tomar las palabras a medio vocalizar y a que aspire las eses para empezar. Me había costado semanas aprehender de nuevo mi castellano de nacimiento.

La culpa de todo la tiene el haber dormido poco, el volver a tener lejos a tantas personas importantes que quiero, el hecho de empezar la rutina y la depresión incipiente y temporal pre cumpleaños que tiene rima fácil.

He repetido tantas veces el mismo ritual al ir y venir que me parece vivir el día de la marmota un par de veces al año, un déjà vu puntual y repetitivo.

Todo es diferente, el olor, el modo de hablar, el ritmo al caminar, el color de cada ciudad, la manera de vestir, de comportarse y hasta de cocinar.

Por más tiempo que pase siempre me parecerá curioso y maravillosa la comparación por tanta diferencia.

Al final da igual de donde seas, todos somos humanos, habitantes de un mismo país que a veces parece que se separa pero que como dijo aquella vez el sombreo seleccionador, es necesario que cada vez estemos mas juntos, para ayudarnos, para hacernos más fuertes... Por propia experiencia sé que al final la diferencia real es nada y que lo mismo es ser madrileño, español, europeo, terráqueo... somos del mismo mundo.  

8 comentarios:

  1. Amiga, muy interesante lo que te pasa. Lo he vivido, es la ambiguedad de poder tener raíces y tb alas. Cuando llevas un tiempo en la ciudad de destino, estás feliz hasta q vuelves a la de origen, y luego te da pereza, pena, melancolía incluso, volver.
    PEro hay q hacerlo, y de nuevo a dejar personas atrás.
    ES una constante readaptación.
    Yo finalmente me cansé, y retorné al origen. Y soy feliz. Pero cumplí una etapa y prefiero ir a ese destino cuando puedo, y disfrutarlo, q ahogarme. Fui incompleta.ç

    Algún día charlaremos largo y tendido.
    BEsos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Veo que me entiendes mi querida amiga, en mi caso no es tan fácil volver a los orígenes porque no iría sola sino con compañía que también tiene sus propios orígenes y diferentes de los míos, así que o lo apañamos 6 meses en cada sitio jaja o nos quedamos como estamos :) me encantará charlar largo y tendido, un besazo

      Eliminar
  2. Pues yo no echo de menos mi hogar. He creado una familia donde estoy, y mi hogar es mi familia y si estamos juntos eso es lo importante, da igual que estemos en Pekín o en Pokón muajajaja

    Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. O en pokemon jaja, tienes un poco de razón mi querido cojín, pero a veces se echa de menos a la otra familia, no? Besitos

      Eliminar
  3. ¡Hola Sara!

    Bienvenida por el Sur de nuevo, las vacaciones es lo que tienen... Que acaban, dan pereza y vuelta a empezar. Por puntualizar algo te diré que yo no ceceo, hablo un perfecto castellano sin comerme ninguna letra, por estos lares seré la excepción que confirma la regla, si bien es cierto oigo mucho a los "Madriles" con laísmo y que también devoran alguna letrilla, como por ejemplo el ¿Quiés algo?

    Aunque coincido contigo en que todo somos humanos y da igual la diferencia, de donde vengas o a donde vayas da lo mismo... "Todos" tenemos nuestra etiqueta...

    ¡Que tocho ¿no?!

    Muchos besos Sara ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Imagino que has entendido que la referencia al cambio de acento es solo como anécdota para que se entienda la contraposición de un sitio a otro en cuestión de un rato. Que yo no me meto con el andaluz en ningún momento, solo hago un par de observaciones de sus características; hace 15 años que vivo aquí y te aseguro que lo defiendo como la que más, igual que haría con cualquier otro.
      De hecho mi pareja es de Andalucía y me encanta, creo que cada uno debe llevar lo suyo con orgullo y si todos hablamos igual sería un rollo, en la diversidad está la riqueza. Un saludo

      Eliminar
  4. Así es querida amiga! Te habla otra emigrante del norte al sur. Como digo yo, soy ciudadana del mundo, un poco de aquí y otro de allá. Lo importante es ser feliz estés donde estés, aprender a valorar lo que tienes o pierdes, te hace más sabia y fuerte.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Holaaaa, qué tendrá Andalucía? jeje es verdad, aunque ahora ya me he hecho a la normalidad creo que siempre el ir y venir provocará en mí las mismas sensaciones. Un abrazo para ti :)

      Eliminar