lunes, 26 de diciembre de 2016

En casa

Muchos de vosotros que ya lleváis tiempo formando parte de esta familia de la roca, sabéis que soy de Madrid pero que hace muchos años vivo en Andalucía.

Como seguramente os pase a varios de vosotros, yo en estas fechas también vuelvo a casa por navidad, a pasar unos días con mi familia, ver a los amigos y a disfrutar de la ciudad.

Siempre que vuelvo tengo las mismas sensaciones, sobre todo en estas fechas. Supongo que también os ocurrirá que en los días señalados de Nochebuena y Navidad, Nochevieja, Año nuevo y Reyes, en casa se suceden los mismos "rituales" de todos los años, comer cada día con una parte de la familia, el reparto de regalos, preparar la mesa o la cena con las madres y cosas por el estilo.

Eso me pasa a mí, que es llegar a casa de mis padres y oler a sensación conocida de muchos años atrás, sentir que en este lugar no puede pasar nada malo estando ellos y sentirte un poco en casa, en la casa de cuando era pequeña y los problemas eran otros problemas y las preocupaciones eran menos.

Parece que no pasa el tiempo, cada año igual, colocar la mesa para que entremos todos, ayudar en la cocina y el clásico de cortar y colocar la bandeja de los turrones con mi padre, igual que cuando era pequeña e igual que cuando preparaban las torrijas en semana santa que era yo quien le ayudaba a echar el azúcar y la canela después de freírlas.

El viaje siempre es adaptarse un poco el primer día al lugar porque solo vengo un par de veces al año, luego ya estás como si no hubiera pasado el tiempo y cuando quedan pocos días te empieza a embargar la sensación de que te tienes que marchar y cada vez se te hace un poco peor que la anterior, pero no quieres ni pensarlo. 

Con todo, lo bueno y lo malo, las manías y los cambios, las cosas de última hora y cualquier suceso de turno, agradezco que cada año nos podamos reunir y espero que sea así muchos años.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Un brindis

A medida que nos vamos haciendo mayores las fechas navideñas suelen ser más amargas que dulces por los huecos que van quedando en la mesa.
Llevo viendo estos días atrás que muchos mensajes que dicen que ya no vuelve a ser lo mismo de antes al no estar algunas sillas ocupadas y llevan toda la razón, pero me llamó la atención uno que leí que decía todo lo contrario, por todo depende de como se mire.

Pero si que es bien cierto que cuando somos ricos en esos recuerdos es cuando somos pequeños porque todas esos huecos están llenos de amor y felicidad al estar bien arropados.
Por eso en vez de extrañar a los que han pasado a otro estado es mejor recordarlos con un buen sabor de boca y reviviendo aquellos momentos felices donde nos reuníamos con ellos y pasaban tantas cosas que nos hacían que todo tuviera o no sentido y como dijo alguna vez Mario Vaquerizo " los que no están siguen estando si los recordamos siempre porque así no caen en el olvido y no mueren".


Que gran frase, y que sabias palabras de aliento para los que nos toca seguir caminando en el mundo terrenal.
Así que en vez de lamentarnos porque no están, más nos vale recordarlos de bien y mirar a nuestro alrededor porque seguimos muchos juntos y van viniendo nuevos miembros que se merecen tener un buen recuerdo cuando sean mayores.
Por los que no están, los que estamos y los que vendrán. Feliz Navidad a todos.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Los sentidos, recuerdos de las fechas señaladas por los olores

No sé si a vosotros os pasará lo que me ocurre a mí; y es que por estas fechas las calles están acompañadas por olores que nos transportan a algunos años atrás. Por ejemplo el olor de masa para hacer tortas o pestiños, es un olor tan reconocible para mí ya que, desde que tengo uso de razón, en casa de la abuela se han hecho.

¿Qués es lo que ocurre en mi cerebro? vuelvo a sentir y revivir aquellos momento que por siempre quedarán en mí, recuerdo perfectamente como intentaba hacer yo con la masa antes de freirla algunas figuritas, lo típico, un árbol de navidad, un monigote, la estrella, y cosas por el estilo.

Todo ello acompañado del murmullo de fondo de la lluvia golpeando los cristales porque siempre llovía y mi abuela diciéndome "bruja, alcahueta, sinvergüenza" pero no penseis que era a mal que me lo decía en tono gracioso.

Por aquel entonces me cansaba pronto de hacer esas cosas y  mi tía tenía que apañárselas para entretenerme y que las dejara tranquilas para hacer tan delicioso dulce.
Luego cuando ya estaban fritas y meladas, entonces entrábamos ella y yo en acción de nuevo cubriendolas con las bolas de anís; que entrenimiento por aquel entonces más simple, pero que bonitas quedaban.

Otro recuerdo que no se me ha borrado por el paso de los años es el de cuando mi padre el día 24 por la noche antes de irnos a cenar a casa de la abuela, me compraba en el kiosko un paquete de bengalas infantiles, ese olor que desprendía la pólvora al quemarse, me encantaba y esas chispitas que soltaba que acababa quemando siempre el mantel de la abuela, aunque no pasaba nada porque eran cosas de niños.


Me voy aún más atrás y eso lo recuerdo de forma pasajera porque me pillaba todavía mas pequeña. Cuando se reunían todas mis tías (las de mi madre), en la casa de mi bisabuela, para hacer roscos, y no se hacían pocos kilos teniendo en cuenta que eran seis las que se ponían con la tareas, entre risas y copas de aguardiente.
Ellas iban haciendo a la vez que entonaban los villancicos, acompañados por el sonido que producía el raspar la botella de cristal con la cuchara y también alguna pandereta que aparecía por allí.

Así que espero que con mis recuerdos hayáis pasado un buen rato, sobre todo en estos momentos que no suelen ser muy dulces para todos y acordaos de lo importante son los sentidos porque en ellos también se guardan recuerdos. .

lunes, 5 de diciembre de 2016

¿Por qué se van?

En serio, ¿por que se van las personas? ¿por qué nos vamos del lado de los demás si en muchas ocasiones los queremos?

Siento que no encajo, que me cuesta hacerme a la personalidad de los demás y me hace estar tan sola, sentirme tan estúpida y tan incomprendida.

No soy la típica persona que cae bien al instante, parezco seria y seca y distante. No es que sea borde y de malas contestaciones, pero no entro a la primera y lo sé, casi cualquiera lo dice. El otro día me dijeron que soy como un iceberg, que solo se ve de mí la superficie.

No quiero que me hagan daño, es algo que a estas alturas de la vida, ya no lo soporto, me auto convenzo, me obligo, me miento y me lo creo... si lo repito lo suficiente a lo mejor se hará realidad: no te echo de menos, no te necesito, no me acuerdo de ti, no te quiero...

Me parece que de un tiempo a esta parte la gente se va, he estado años sin dejar entrar a nadie y me convertí en una roca, eso no es nuevo, nadie podía atravesar mi piel y dañarme, así no me dolía nada porque no me dejaba.

Y un buen día me paré a pensar y me di cuenta de que me habían bajado las barreras y empecé otra vez a sentir y a querer y a dejar que me quisieran.

Creo que volví para nada, las personas en quienes confié no valieron nada y se marcharon también, de hecho ya no están y por supuesto duele.
Duele como aventuraba, como temía, como recordaba y algunas, más aún que eso y me arrepentí durante bastante tiempo.
Pensé que quizá no tenia que haberme dejado ablandar en ningún momento y ahora seguiría mas entera y menos dolorida.

Entonces pienso, quienes están ¿por que lo hacen? ¿por qué me quieren? ¿qué es lo que ven que apenas ve nadie más? ¿tan mala soy? ¿soy un puto monstruo y la gente huye de mí?

Estoy triste y lo estoy porque las personas somos tan imbéciles. Queremos y vamos detrás desesperadamente de quien no nos hace caso, de quien no nos quiere y estúpidamente olvidamos y no cuidamos a los que están dispuestos a quedarse aun viendo que no les hacemos caso, seguramente porque ellos mismos nos van detrás mientras tienen a su vez a otros esperando.

En fin, que es totalmente triste, pero como decía Bob Marley "vamos a reírnos de todo, porque la tristeza no se cura con más tristeza".

Alguien me enseñó una lección muy importante que hace un año me salvó y me ayudó a no derrumbarme y volverme loca.
Tiene catorce años menos que yo y aun no siendo amigas del alma, ni de hablarnos todos los días, nos tenemos cariño y hace el suficiente tiempo que hablamos como para haber hecho una curiosa amistad en la cual podemos contarnos sin racanear porque no vamos a juzgarnos, ni a echarnos cosas en cara, ni a pedirnos más de lo que nos apetece darnos.

El caso es que de dijo que cuando perdemos a alguien no hay que llorar sino sonreír por lo vivido y que siempre estarán con nosotros los buenos recuerdos vividos. La gente entra y sale de nuestras vidas y por más que me cueste aceptarlo es así porque nada es para siempre, ni nosotros mismos y al final, en la simplicidad está la maldita clave y no me hace feliz lo complicado si no puedo con ello y no vale la pena.

Adiós a los que habéis partido, gracias a los que estáis y os vais a quedar y bienvenidos a quienes os traerá a mi vida el destino.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Gomaespuma. Adiós II

Madre mía es releer los mensajes y darme cuenta de que nos hemos querido tanto que se sale de mis esquemas y mis baremos y mis posibles clasificaciones.

Creo que nadie siendo amiga me ha hablado como tú, con ese amor, ese cariño, esa dulzura, esa intensidad en tus palabras... pensaba que no ibas a irte nunca y que yo tendría tranquilidad porque pasará lo que pasara seguirías ahí. Han sido demasiadas cosas, echarte de menos, no encontrar a nadie tan raro como nosotras jaja y que me llenara culturalmente y profundamente por el arte y la música y la poesía... y siento el abandono, sentir otra vez ese abandono terrible.

Ojalá pudieras creer que todo lo que te digo es cierto. Perdóname todo lo que te haya dolido de mí, siempre he querido todo lo bueno para ti y te he querido y cuidado como he creído mejor, supongo que no acerté siempre, pues también lo siento, ¿qué otra cosa puedo decir ya?
No sé si te quiero ya o me acuerdo que te quiero o mi yo de esa época te quiere, no puedo asegurarlo, pero las lágrimas aún me salen cuando me acuerdo de ti. Si me siento mal con todo lo que te rodea, no es algo bueno y también por eso me voy porque no lo quiero más para mí.

Simplemente perderos me da miedo -decías- te quiero mucho, muchísimo, cada día os quiero más, necesito hablar contigo, necesito el peque, quiero quedar contigo y darte un abrazo de tres horas, se da un hilo a una chica como tú porque se lo das a quien quieres conservar... todo eso me dijiste y mucho más: las personas fáciles cansan, no estoy acostumbrada a confiar como confió en ti, salta a la piscina porque estaría llena de agua y sino, estaré yo.

Son miles de mensajes, mi pequeñita, de verdad, me dijiste todo esto entre otras cosas: "es más fácil cogerte cariño y quererte de lo que crees, eres una persona valiosa, buena e inteligente de la que estoy muy orgullosa, no voy a dejar que te escapes, no me acostumbro a que me diga te quiero alguien a quien quiero de verdad, yo te eché mucho mucho muchísimo de menos! Eres una de las personas más importantes de mi vida y que siento no saber apreciarte como realmente mereces, eres un amor, en serio, eres fantástica, no creo que te vaya a hacer daño, te estoy cogiendo demasiado cariño por momentos más y ya te quería mucho, no me pienso ir pequeñaja  ya te has metido muy dentro como para irme, te adoro, mi sari ojos bonitos!!! joder! Te quiero eres increíble, yo no quiero olvidarte, coge lo que crees que te quiero y lo doblas, tus problemas son mis problemas, si te influye me influye, te quiero, eso no cambiará, recuerda que te quiero mucho mi roquita de gomaespuma, que necesita por encima de todo dejar de ser esa roca que se empeña en ser, me haces sonreír cada vez que pienso en ti y en toda esa preciosa sensibilidad que encierras en ti, en todas esas cosas que tú odias de ti misma, y que a mí me encantan y me hacen ser tu amiga, en realidad, eres una de las personas más increíbles que conozco, nos queda aún mucho por darnos el coñazo, yo no quiero olvidarte, te quiero"

Me gustaría saber cuanto de eso era verdad, si me has querido de verdad, ¿dijiste todo eso sintiéndolo? quiero creer que sí fue cierto, que alguien que no era un amor fue capaz de quererme tanto y sentirme tan importante, no debiste haberme bajado las barreras ni haberme dicho todo eso, no debiste quererme si te ibas a marchar, ni decirme siempre buenos días y buenas noches y te echo de menos y no me voy a marchar y Sari, no debiste decirme Sari.

Creo que no sabes hasta que punto llegas a la gente, al conocerte y cuando tú empiezas a dar, por poco que sea y a decir las cosas que decías... siempre se necesita mas, se hace poco hablarte o verte y por eso cuando no cumplías tu palabra o decías o hacías algo que dolía, pues hacia demasiado daño, asegurabas que los demás teníamos expectativas contigo y que tú eras como eras y teníamos que quererte así y no echarte nada en cara, que ese fue nuestro problema.

Sé que la mitad de las veces no entendías el daño y no te enterabas de que estuviera mal, al final nos quemamos las dos, la diferencia fue que yo hubiera luchado por lo que te quería y tú preferiste cortarlo, ahora yo quiero superarlo y olvidarte, voy a sentir que ya te he olvidado y que ya ha pasado todo y que esa para mí es la realidad.

Te juro que he deseado con todas mis fuerzas que volvieras una y otra vez, que me llegara un mensaje y fuera tuyo, que sonara el tlf y fueras tú, un email... al menos que me desbloquearas de la red social donde nos conocimos.

Pienso que si fuera por Madrid y escuchara un Sari y fueras tú, no podría aguantarlo, me pondría a llorar.
Siempre decías que no era una roca de verdad, sino de gomaespuma, ahora volveré a ser un poco como la de antes, la que no lo pasa mal, la roca más diamante del mundo.

Perdóname lo malo, yo te lo perdono y queda olvidado, gracias por lo bueno. Solo que queda decirte para siempre, adiós.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Gomaespuma. Adiós

No sabía hasta que punto iba a ser difícil terminar contigo. Llevo días borrando restos de ti de mi ordenador, de mi móvil, de mi vida.

Sé que no te gustan o no crees en los libros de autoayuda, bueno a mí me hacen bien, como poco leerlos y muchas veces pongo cosas en práctica, he leído que si quieres algo tienes que desearlo muy fuerte pero también actuar en consecuencia y si yo quiero que desaparezcas tengo que borrarte del todo.
Sí, todas las veces que te he escrito que deseado que volvieras, que me perdonaras, que recordaras cuanto nos quisimos y que todo volviera a ser como antes.

Ya no quiero, me he debatido entre querer olvidarte o que vuelvas y a veces creo que ninguna solución era buena de verdad, ahora me he dado cuenta de que tampoco me sentía tranquila cuando estabas en mi vida.
Me resultabas adictiva, sobre todo al principio, soy muy obsesiva y estaba todo el tiempo pendiente de mandarnos mensajes, tú misma me decías que me echabas mucho de menos, que no aguantabas mas de tres horas seguidas sin escribirnos... eso ya no era sano y a penas llevábamos hablando unos pocos días.

Lo peor de todo es que al borrar todas las fotos que tengo recuerdo que me despertabas una sensación de quererte y cuidarte y es que hubiera estado siempre, ayudándote, protegiéndote, aconsejándote, mi mano y mi abrazo hubieran estado siempre para ti cuando te hubieran hecho falta.
Que ridículo es pensar en estar para alguien que te ha olvidado y que no te quiere cerca, es más, que tiene tan claro que nunca te dará la opción de volver.

Ufff te juro que ha sido leer un Sariii en unos de los mensajes y saltárseme las lágrimas. Sé que piensas que te escribo las cartas para que todos me vean como la víctima, qué poco me conoces después de todo... te he querido tanto que cuando te fuiste, el escribirte fue la única manera que me quedó de no perderte del todo, así, hablándote yo aunque no me contestaras, con una pequeña esperanza quizá de que me leyeras alguna vez, de que supieras lo que siento y lo que me pasa.

En vez de eso ves un monstruo, aún no lo puedo creer, alguien me contó lo que opinas en realidad de mí, sé que tienes recuerdos falsos o los confundes con otras personas porque hay cosas que no han pasado así y me duele en el alma como ahora me ves.
Yo te he querido siempre y defendido siempre y he deseado con todas mis fuerzas que volvieras porque no he dejado de echarte de menos y la mayoría a penas me llenan igual, es dificil que sientan como nosotras las letras y... ¿quien va a leer ahora mis poemas?
Como me gustaría que al menos me creyeras, que vieras por un agujerito que las lágrimas que me caen al escribir son verdaderas, creo que me conformaría con eso.

No hago esto porque le guste a la gente ni por nadie que no seamos tú y yo, te escribo porque te quiero hablar y no tengo otra manera, porque cuando termine esta última carta será el último adiós y de pensarlo tengo un nudo en la garganta y el pecho. Aquí en mis letras estás viva y presente, un poco como tenerte aquí cerca de momento.

Hoy es tu cumpleaños, muchas felicidades, mañana o pasado -según tú- hace un año y diez meses que nos conocimos, en unos días hará ya un año sin ti. No puedo desearte nada malo, no me sale, te desearía lo que merezcas, en realidad te deseo lo bueno y al final ya no voy ni a desearte nada, no voy a estar más aquí, no voy a cuidarte ni en la distancia, ni esperar o querer nada. Creo que esta es la carta más rara que he escrito, como decía la canción: esta es la última carta que voy a escribirte, desapareceré y podrás ser libre... y yo.

Estoy poniendo pensamientos y sentimientos sin ordenar, sin sentido seguramente, según me van saliendo, es una despedida, mi despedida de ti ¿ya qué más da? ahí lo suelto como si escupiera y cuando te saque del todo si empezaré a ser libre.

Otro mensaje... dice: te quiero mi pequeña roquita de gomapespuma, y yo te juro que rompo en
lágrimas y pienso ¿cómo coño voy a borrar ese mensaje? esa palabras son lo único que me queda de ti y es tan triste, son pasado, un pasado que ya no existe, un pasado que no es real a momento presente y ya no hay te quiero, ni te echo de menos, ni cariño alguno por tu parte.

¿Ves? por eso necesito decirte adiós, porque tú me lo has dicho hace mucho tiempo y para mí tú eres el adiós que nunca sabré darte, como decía aquel, pero que debo darte, en el fondo sé que es lo mejor.
Así que aquí estoy, borrando tus mensajes, tus correos, tus fotos y leyéndolos, solo algunos, un poco salteados y créeme, unos  son fáciles de eliminar, pero otros...