lunes, 1 de agosto de 2016

Una lesbiana en la oficina II

Desde el principio pensaba que no iba a cuajar con mis compañeras de trabajo, lo creí de verdad porque nos vi tan alejadas en personalidad, gustos, maneras... no sé, en todo.

Me encontraba en una situación contradictoria, querer que supieran quien soy y miedo a que lo averiguaran. No tenía ningún sentido.

Una compañera había adivinado que yo era lesbiana ¿recordáis? Pocos días después la naturalidad llegó a mi situación.

Otra compañera se puso a mi lado en la oficina, nos llevábamos muy bien y no me importó en absoluto, vamos juntas al trabajo cada día y estamos en el mismo equipo de trabajo, hablamos mucho y me cae fenomenal.

Estábamos charlando y salió la palabra "bollera" en la conversación, ella me dijo que su hijo era gay y yo con los ojos como platos, minutos después del shock inicial, le enseñé una foto en el móvil de mi novia.

Me regañó por no habérselo dicho antes y yo muerta de risa y de tranquilidad, ¡que alivio, chica!

Pocos días después, mi novia -que viene a buscarme cada día- se acercó hasta la puerta de la oficina y le presenté a varias compañeras, no le había dicho nada a ninguna, solo las presente diciendo: ella es mi novia.

Hace una semana salí de las últimas del trabajo y mi jefa cerró la oficina, aún estábamos mi novia yo cerca de allí, así que cuando llegó a nuestro lado las presenté también.
Hasta charlaron un poco para mi sorpresa y me fui a casa tan tranquila ese día. Creo que eso la jefa no se lo esperaba; para mí que se me nota que soy lesbiana, pero a me da que ella no le había echado mayor cuenta.

Hace un par de semanas mi ordenador no funcionaba y me cambiaron de sitio, fui a parar donde se sienta el otro equipo aprovechando que una de ellas estaba de vacaciones.
El primer día casi salgo corriendo y no vuelvo, no había hablado con aquellas chicas y sentía una incomodidad y un fuera de lugar que me ponía histérica -ahora que todo mi equipo sabía que yo era lesbiana y podía hablar con naturalidad y relajación, vuelta a empezar con la incomodidad-.

Mi compañera de la izquierda es madrileña también, unos quince años más mayor que yo y bastante seria de primeras.
Es muy profesional y se le da muy bien el trabajo, a mí me gusta escucharla e intento aprender lo que puedo, como con cada una que tengo cerca, de todas se coge algo interesante.

El caso es que ella y alguna otra no sabían nada de mi vida personal, al menos no de mi boca. Lo curioso y genial fue que el otro día a última hora estaba hablando con un cliente que prometía y de repente me vi rodeada de las chicas ayudándome, al menos cuatro compañeras diciéndome que le dijera esto y lo otro, otra haciéndome el presupuesto, otra dejándome datos que debía pedir y la jefa ahí mismo, que pasado un rato invitó a todas a irse ya y se quedo conmigo y con otra compañera terminando el trabajo.

Cuando salí, mi novia me dijo que algunas de las chicas que no le había presentado le habían dicho que tardaría un poco porque estaba con un cliente importante al teléfono y yo pensé: ¡coño, pues va a ser que también estas lo saben!

El último día hubo poco trabajo y entre llamada y llamada empezamos a charlar, acabé contándoles mi vida con total normalidad, nadie puso una cara más rara que otra cuando hablaba de mi novia o del hecho de ser lesbiana.

He aprendido tanto del ser humano en estas ultimas semanas, es increíble que tuviera tantos nervios y tanta preocupación, cada una de las chicas me ha demostrado respeto, muchas de ellas cariño y ayuda desinteresada, algunas sé que amistad y me dan ganas de llorar de alegría y de la tranquilidad que siento y vivo ahora mismo con respecto a las compañeras y hasta mi jefa.

Es la leche poder "ser" con libertad en el trabajo igual que en el resto de aspectos de mi vida, soy la única lesbiana en la oficina y me da igual, ya no tengo miedo, soy feliz y estoy orgullosa.

4 comentarios:

  1. ¡Qué bien Sara! Nervios fuera ya. Yo cuando voy a los sitios todavía me miran raro y les escucho susurrear "mira un cojín que habla" ¡Cuanto envidios@ hay en el mundo!

    Me alegro que seas feliz y que el mal estar se te haya pasado :)

    Besitos

    PD. Tienes que mandarme una prenda para que mis zombies la huelan y vengan a por ti por si no consigues acabar el relato :)

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    1. Es genial sentirse bien con uno mismo y que los demás te quieran como eres. Yo estoy orgullosa de ser persona, mujer, lesbiana, igual que tú de ser cojín y creo que ninguno de los dos querría ser otra cosa. Un abrazo Mini Fu

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  2. ¡Hola, Sara!
    Qué gusto que ya estés más en confianza con tus compañeras de trabajo y de que la incomodidad se haya ido, no hay nada como ser tú misma y sentirte bien en el entorno en el que te desenvuelves :)
    Un abrazo ^^

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    1. Voy feliz al trabajo y las compañeras son maravillosas, no he podido tener más suerte y estoy comodísima con ellas. Me llevo amigas, eso seguro. Gracias Paula, un abrazo

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