Empiezo yo y os cuento las tradiciones en mi familia. Cuando era pequeña comíamos todos en casa de mis abuelos, padres, tios, nietos... y teníamos los típicos entrantes de jamón, queso, lacón, chicharrones etc y por supuesto los langostinos que no podían faltar porque a todos nos pirran.
Luego mi abuela ponía sopa de marisco -que yo nunca comí, la verdad- y de plato fuerte el cordero asado traído directamente por mi tío desde Segovia, que para eso somos castellanos, que se note.
Después de toda la comilona y como si alguien se hubiera podido quedar con hambre se ponían las bandejas de turrón, polvorones, mazapán y demás productos típicos dulces.
Cuando todo eso acababa empezaba la sidra, los villancicos y las panderetas y te ibas a dormir a las tantas cansadísima aunque más feliz que un regaliz.
Desde que que ya somos solo unos poquitos a comer y no se celebra el festejo en casa de mis abuelos, el menú que se come la noche del 24 es bastante menos pesado, hacemos una cena de picoteo -como me gusta a mí llamar- que consiste en: langostinos tigre para todo el personal, seguido todo de unos platitos muy bien preparados de jamón, lomo, chorizo, surtido de queso varios y sorprendentes (y digo esto porque siempre encuentra mi padre alguno nuevo que no hemos probado -es muy cata caldos el hombre-), también comemos salmón ahumado, foi y canapés varios a gusto de cada uno de los que nos sentamos a la mesa, hornazo de Salamanca (que lleva lomo, chorizo y jamón) y ya el elemento diferente de cada año, como pueden ser volovanes rellenos, pastel de verduras o lo que vayamos innovando.
La verdad es que en mi casa no somo muy de carnes en salsas o pescados pomposos, así que nos ponemos morados con esos entrantes y después pasamos directamente a nuestra otra pasión, los dulces.
En el postre nos ponemos las botas con una bandeja de turrones varios -que he preparado yo antes con mi padre como es tradición nuestra- acompañada de otra con polvorones y mazapanes, regado todo ello con cava rosado para que no nos atragantemos.
Con lo cual, te vas a dormir como si te hubieras comido un cochino y para el día siguiente comer supongo que como en la mayoría de las casa más de lo mismo.
Con lo cual, te vas a dormir como si te hubieras comido un cochino y para el día siguiente comer supongo que como en la mayoría de las casa más de lo mismo.
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